En el Aniversario 99 del natalicio del Educador Popular Paulo Freire, como SNTE Chile compartimos una Artículo que reflexiona sobre su obra e influencia en la pedagogía Latinoamericana.
Presentamos este Artículo escrito el año 2008 por el profesor de Filosofía Jorge Ormeño, dirigente Sindical del SNTE Chile de la Región Metropolitana y miembro del Centro de Estudios Pedagógicos Patricio Sobarzo. El presente artículo fue presentado en el 3er Congreso latinoamericano de estudiantes de filosofía el año 2010 en la ciudad de Valparaíso.
Paulo Freire y su concepción de educación. Más allá del constructivismo.
por Jorge Ormeño Espinoza
Mucho se habla de Paulo Freire en manuales de pedagogía. Pues los cambios de paradigmas que se viven en educación lo hacen ser un teórico digno de estudio. Amparándose en la teoría educativa de Freire que señala la necesidad de no comprender al estudiante como un objeto, como un receptáculo el cual debe ser llenado, sino como un sujeto histórico que se desenvuelve en un ir y venir, con una identidad propia, con características propias, con un contexto cultural propio, se cita generalmente en tesis, investigaciones, pero tan sólo como marco teórico dejando de lado la dimensión política de su concepto de educación. El concepto de educación según Freire no puede ser entendido ni aplicado si no comprendemos que las decisiones educativas pasan por un factor de índole político-ideológico. También es necesario comprender que la práctica pedagógica que busca Freire es la transformación de la actual sociedad de clases que como país de corte neo-liberal estamos viviendo. Nada se saca con citar a Freire sino comprendemos que la labor educativa debe ser educación para la libertad. Por tanto, la presente investigación se hace cargo de tal problema y primeramente busca poner a la luz la comprensión que posee Paulo Freire de la sociedad de clases, donde existe la contradicción opresores-oprimidos y, como necesariamente esta contradicción se traspasa a la escuela generando la contradicción educadores-educandos, a la vez se analiza el papel fundamental que juega la pedagogía para lograr la transformación del estado de opresión. En este sentido, finaliza la investigación señalando el papel fundamental que juega dentro de la pedagogía crítica el concepto de diálogo. Por último, se señalan posibles definiciones que otorga Freire para el concepto de educación popular.
En su obra capital Pedagogía del oprimido Freire muestra lo que denomina concepción bancaria de la educación. De partida, se puede decir que esta visión de la educación sirve intrínsicamente a los dominadores para perpetuar la contradicción opresores-oprimidos que les favorece. De todas formas, es necesario conocer algo con antelación, a saber: la mentalidad del opresor se encuentra alojada en el oprimido. Freire comprende esta contradicción bajo la óptica hegeliana que declara la existencia de un “ser para si” y de un “ser para otro”, la primera es conciencia independiente, es el señor; en tanto, el “ser para otro” es conciencia dependiente es decir el siervo. Esto significa que se ha introyectado en la conciencia de los oprimidos la conciencia de los opresores. Este hecho genera que los oprimidos se constituyan como seres duales, conocen la situación de opresión mas temen a la libertad, quieren ser mas temen ser. En palabras de Freire “son ellos y al mismo tiempo son el otro yo introyectado en ellos como conciencia opresora. Su lucha se da entre ser ellos mismos o ser duales, entre expulsar o no al opresor desde “dentro” de sí. Entre des-alienarse o mantenerse alienados. Entre seguir prescripciones o tener opciones. Entre ser espectadores o actores.”[1]. Este es el dilema clave que la pedagogía del oprimido debe enfrentar. Por tanto, la libertad es un parto, un parto que da luz a un hombre nuevo que “sólo es viable en y por la superación de la contradicción opresores-oprimidos”.[2] Esta dualidad que permite al opresor estar alojado en la conciencia del oprimido podrá ser superada sólo en la medida en que los oprimidos descubran que “alojan” al opresor dentro de sí y por tanto, contribuyan a la construcción de su pedagogía liberadora. En la dualidad inauténtica que se encuentran los oprimidos creen que ser es parecer y ese parecer es un parecerse con el opresor. Anhelan llegar a ser como ellos. Desde esta perspectiva Freire declara que la pedagogía del oprimido no puede ser elaborada por los opresores, pues la pedagogía del oprimido es un instrumento para el descubrimiento critico.
Se debe comprender ante todo que la situación de opresión no es algo determinado, sino que es una realidad posible de transformación. Entonces al reconocer el límite que la realidad opresora impone a los oprimidos reconocen éstos el motor de su acción liberadora. Hegelianamente hablando diríamos solamente superan la contradicción en que se encuentran cuando el hecho de reconocerse como oprimidos los compromete en la lucha por liberarse. No basta, por tanto, para la liberación saber que sin el oprimido el opresor no existiría, es indispensable una praxis transformadora. (del griego πραξις y este a su vez de τὸ πρᾶγμα que significa acción, ocupación, ejecución, realización). Freire lo declara en los siguientes terminos “ decir que los hombres son personas, y como personas son libres, y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva es una farsa”[3].
Este hacer es praxis liberadora necesaria para todo proyecto de educación para la libertad. Por tanto, las afirmaciones de corte mecanicista que declaran que la liberación se dará por sí misma, constituyen una farsa pues la liberación se dará necesariamente gracias a la práctica desarrollada por nosotros mismos, los oprimidos. No basta con tener conciencia que somos oprimidos y esperar pacientemente que esta situación cambie, de los opresores no se puede esperar la voluntad de superar la contradicción opresores-oprimidos, pues como se dijo es una contradicción que los favorece. Nuestra praxis es indispensable para cambiar la realidad. En boca de Freire : “ la realidad social, objetiva, que no existe por casualidad sino como producto de la acción de los hombres, tampoco se transforma por casualidad”[4]. Esto significa que la liberación no puede darse en términos meramente idealistas, es indispensable “que los oprimidos, en su lucha por la liberación no conciban la realidad concreta de opresión como una especie de “mundo cerrado” del cual no pueden salir, sino como una situación que sólo los limita y que ellos pueden transformar”[5].
Puesto que la realidad es opresora para poder perpetuar dicha realidad los dominadores hechan mano a un sinumeros de instrumentos. Uno de esos instrumentos es la educación que entendido bajo el enfoque de los dominadores más que educación es domesticación[6]. Para llevar a cabo la domesticación lo que menos se necesita es que el educando posea un pensamiento critico. Por tanto, la concepcíon “bancaria” que critica Freire, considera al educando como un objeto y no como un sujeto, un objeto el cual debe ser llenado por el sabelotodo. Un objeto ahistórico, un espacio vacío que debe ser llenado, un objeto que no logra comprender que la transformación de la sociedad de clases pasa necesariamente por comprender que somos sujetos de la historia. Por tanto, este paradigma de educación no podrá jamas ser herramienta para la liberación, para la liberación es necesaria una pedagogía que se construya con los oprimidos y no para los oprimidos, donde el diálogo rompa con las estructuras autoritarias de educador-educando y sea, más bien, el encuentro entre dos sujetos históricos[7]. Una Pedagogía del oprimido la realizan hombres y mujeres que se empeñan en la lucha por su liberación. Ninguna pedagogía que se jacte de ser liberadora puede mantenerse distante de los oprimidos luego una pedagogía liberadora jamás podrá ser practicada por los opresores. Si comprendemos que la historia está toda escrita y que estamos determinados jamás podremos llevar a cabo labores de educación como practica de libertad. La visión mecanicista de la historia que nos señala que no es posible cambiar la realidad que nos oprime debe ser superada por una visión que entienda la historia como posibilidad. La visión bancaria con su práctica de dominación jamás despierta el espíritu critico, mas bien al hacer comprender la historia como un todo absoluto, un “mundo cerrado”, su comprensión de los educandos es como un recipiente que debe ser llenado. Lo contrario a ésto es comprender al ser humano como un sujeto histórico, con identidad propia, desenvolviéndose en una realidad social propia que de alguna u otra forma incidiría en la forma de comprender el estar-en-el-mundo. En este sentido Freire nos dice: “ al negar la historia como juego de destinos seguros, como “dato dado”, (…) se reconoce la importancia de la decisión como acto que implica ruptura, la importancia de la conciencia y de la subjetividad” [8]. Puntos fundamentales para una pedagogía problematizadora.
En el mismo sentido Marcia Prieto[9] señala que la sociedad para legitimar el orden social establecido hecha mano a una serie de mecanismos, uno de esos mecanismos es la reificación. La reificación implica aprehender los fenómenos humanos como si fueran naturales, es decir, que si existe pobreza es por que siempre ha existido y siempre va a existir. Que se comprendan los fenómenos humanos como naturales significa que no ha existido mediación humana alguna. Tesis del todo discutible pues las situaciones sociales no se dan de forma natural. Por el contrario, son productos que están bajo el control humano y, por tanto, no pueden ser consideradas asépticas, inocuas o desprovistas de intenciones. La reificación en la escuela implica considerar que sus fines, contenidos y procesos han surgido naturalmente y por lo tanto son neutros y objetivos. Al reificar los procesos educativos se ha perdido de vista el verdadero sentido de las escuelas y se les ha puesto al servicio del sistema social imperante.
Conocimientos previos, pertinencia cultural, aprendizaje significativo, todos conceptos empleados por el constructivismo para una nueva concepción de educación, necesidad de comprender al profesor como un mediador entre el educando y el conocimiento, necesidad de respetar los conocimientos previos de los educandos, son prácticas que el constructivismo ha teorizado. Tal como en Freire el alumno no debe ser considerado más un objeto sino un sujeto. Sin embargo, Freire va más allá de la dimensión meramente educativa, y declara que es necesario que se comprenda al ser humano como sujeto de su historia para así ser capaz de superar la contradiccíon inherente a una sociedad de clases. No es con un fin meramente idealista el hecho que se deba comprender al educando como un sujeto. Puesto que la educación bancaria se sirve de cosificar al ser humano, la educación para la libertad debe despertar la conciencia critica del sujeto. Por tanto, Freire declara que la pedagogía del oprimido tendrá dos momentos distintos aunque interrelacionados: “el primero, en el cual los oprimidos van descubriendo el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación y, el segundo, en que una vez transformada la realidad opresora , esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.”.[10] Cuando los oprimidos luchan por su liberación y la conquistan nace un hombre nuevo, ni oprimido ni opresor sino hombre liberándose. Liberándose de la deshumanización a la cual habían sido sometidos por los opresores.
Los oprimidos al liberarse humanizan la vida tanto para ellos como para los opresores. La idea de la transformación de la realidad no es que los que hoy son oprimidos mañana sean opresores el objetivo es que restituyan la humanidad de ambos. De ahí la importancia decisiva que juegan los oprimidos pues al liberarse liberan también a los opresores, de quienes no se puede esperar que tengan la fuerza ni la voluntad para liberar a los oprimidos.
En pedagogía del oprimido se lee : “…la educación liberadora, problematizadora, ya no puede ser el acto de depositar(…) “conocimientos” y valores a los educandos, meros pacientes, como lo hace la educación bancaria, sino ser un acto cognoscente.” [11] La liberación auténtica no es algo que se deposita en los hombres sino que es fruto de la acción y reflexión de los hombres sobre el mundo. Por tanto, para llevar a cabo la labor de la educación problematizadora, es necesario superar la contradicción educadores-educandos. La superación de la contradicción educadores-educandos sólo es posible por medio del diálogo. Por medio de éste opera la superación de la que resulta un nuevo termino: ya no educador del educando; ya no educado del educador, sino educador-educando con educando-educador. Freire comprende que al enseñar uno también aprende, pues, el enseñar no existe sin el aprender, esto quiere decir que “el enseñar y el aprender se van dando de manera tal que por un lado, quien enseña aprende porque reconoce un conocimiento antes aprendido y, por el otro, porque observando la manera como la curiosidad del alumno aprendiz trabaja para aprehender lo que se le está enseñando (…) el educador se ayuda a descubrir dudas, aciertos, y errores.”[12] Esto es precisamente pedagogía critica, dejando de lado la verticalidad con que se ejerce la pedagogía que sirve a la dominación, fomentando el diálogo, el conocimiento y respeto mutuo se abren los umbrales para poder desarrollar una práctica educativa que tienda a la libertad. Bajo este enfoque Freire declara que al superar la contradicción educadores-educando, ya nadie educa a nadie, así como tampoco nadie se educa así mismo, los hombres se educan en comunión y el mundo es el mediador. Lo mismo pasa en la sociedad de clases, nadie se libera sólo, nadie libera a nadie los hombres se liberan en comunión, vale decir, no hay recetarios a seguir para lograr la libertad sino que la libertad se construye por medio del diálogo. Diálogo que no es propio de la educación bancaria, que sirve a la dominación, si no que es propio de la pedagogía problematizadora, pedagogía que transforma y, por tanto, libera. El que domina no dialoga sino que impone su verdad como si fuera la única forma posible de ser. Con esto se niega a los oprimidos el derecho a decir su palabra, vale decir, a pensar correctamente. Por medio del diálogo vamos estableciendo lo que nos parece justo o injusto, la superación de la contradicción opresores-oprimidos se busca por medio de la comunicación y no por medio de comunicados. Por medio del diálogo podemos comprender la necesidad que se pasen ciertos contenidos o no. Es decir es necesaria la libertad para la aplicación de los contenidos prográmaticos los cuales deberían ser levantados desde la propia verbalización de los educandos. La importancia del diálogo dentro de un proyecto de educación popular, según Freire, es que podemos obtener lo que el ha denominado “temas generadores”. Pues por medio del diálogo se realiza la investigación del universo temático.[13] Lo que se pretende poder investigar en esta instancia es el pensamiento –lenguaje con que los hombres refieren la realidad, la percepción que poseen de la realidad, así como también la visión del mundo en el cual se encuentran envueltos sus temas generadores. Al respecto nos señala Freire: “ en el momento en que una sociedad, en una época tal, la propia irracionalidad mitificadora pasa a constituir uno de los temas fundamentales, tendrá como su opuesto contendor la visión crítica y dinámica de la realidad que, empeñándose a favor de su descubrimiento, desenmascara su mitificación y busca la plena realización de la tarea humana: la transformación constante de la realidad para la liberación de los hombres”. [14]
Por medio del diálogo se van desocultando verdades que a los opresores les gusta tener escondidas o mitificadas. Cuestión fundamental para un proyecto de educación popular es el hecho de des-ocultar verdades. Freire nos dice “si la reproducción de la ideología dominante implica fundamentalmente la ocultación de verdades, la distorsión de la razón de ser de hechos que, explicados, revelados, o desvelados trabajarían en contra de los intereses de los dominantes la tarea de los educadores progresistas es des-ocultar verdades, jamás mentir”.[15] Es decir, en una sociedad de clases como la nuestra se torna mucho más difícil trabajar a favor de la des-ocultación, que trabajar ocultando verdades.
Cuando Freire viene argumentando lo anterior se viene respondiendo la siguiente pregunta,¿es posible hacer educación popular en escuelas públicas?. Si bien la estrucura de la red pública es vertical, autoritaria, es posible desarrollar practicas educativas para la libertad. Sin embargo, es un tema complicado pues es un nadar contra la corriente, pero con su optimismo práctico no así ingenuo, Paulo Freire declara que es difícil pero posible. Y es posible precisamente porque comprende que ninguna práctica escapa a límites, límites ya sea ideológicos, epistemológicos, políticos, económicos, culturales. Y si bien la práctica pedagógica no lo puede todo, puede algo. Siempre es mejor hacer que no hacer. Pero para hacer hay que tener claro qué se va hacer, tiene que existir una teoría que plantee lo que se pondrá en práctica. Pues el hacer por hacer, es activismo, y el decir por decir es verbalismo. La idea es que no exista un punto de inflexión entre teoría y práctica. Por tanto leemos en Política y educación “ la educación popular cuya puesta en práctica (…) en una sociedad de clases, se constituye como un “nadar contra la corriente” (…) jamás separa de la enseñanza de los contenidos el des-velamiento de la realidad”[16]. Precisamente el des-velamiento de la realidad estimula que las clases sociales populares se situen en pie de lucha para la transformación democrática de la sociedad, teniendo como fin, la superación de las injusticias sociales.
Para concluir mencionaré una serie de deficiones que nos ofrece Freire en su libro Política y educación para el concepto de educación popular.
En primer lugar, señala Freire que educación popular es aquella que estimula la superación de las clases sociales. También es aquella educación que respeta a los educandos cualquiera sea su posición de clase y, por eso toma seriamente en consideración su saber hecho de experiencia, a partir del cual trabaja el conocimineto con rigor de aproximación a los objetos. Es decir, busca comprender el por qué, no se basta con un por que sí. Así mismo, es la que se esfuerza por mejorar los índices de aprobación mediante un riguroso trabajo docente y, no con “flojera asistencialista”. Educación popular no significa que la docencia se ejerza sin rigor, que no exista la contradicción educadores-educandos, no significa que no deba existir rigor docente. Rigor que tampoco significa no respetar los saberes de los educandos.
La educación popular no niega la importancia de la presencia de los padres, de los movimientos populares, más bien se aproxima a esas fuerzas y aprende con ellas para poder enseñarles también. Es la que entiende la escuela como un centro abierto a la comunidad y no como un espacio cerrado bajo las siete llaves del dierector o directora.
Es la educación que supera los prejuicios de raza, de clase, y de sexo y se radicaliza en la defensa por la democracia. De ahí que pugne por democratizar las relaciones entre la escuela y el mundo. Es la que no considera suficiente cambiar tan sólo las relaciones entre profesores y alumnos suavizándolas, sino que al criticar y tratar de ir más allá de las tradiciones autoritarias de la escuela vieja critica también la naturaleza autoritaria y explotadora del capitalismo. Por tanto, se puede declarar que la concepción de educación de Paulo Freire va más allá del constructivismo pues no basta con comprender al educando como un sujeto histórico sino que a la vez es necesario que vaya comprendiendo para así transformar las dinámicas de una sociedad injusta y explotadora.
Jorge Ormeño Espinoza es profesor de Filosofía, dirigente Sindical del SNTE Chile de la Región Metropolitana y miembro del Centro de Estudios Pedagógicos Patricio Sobarzo.
Bibliografía
- Paulo Freire, Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2005.
- Paulo Freire, Política y educación. XXI Editores, México D.F, 1997.
- Paulo Freire, Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2002.
- Marcia Prieto Parra, Mejorando la calidad de la educación, hacia una resignificación de la escuela. Ed. Univ. De Valparaíso. Stgo. 2001.
[1] Paulo Freire, Pedagogía del oprimido. Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2005. Pág. 46.
[2] Id. Pág. 47.
[3] Id. Pág. 48.
[4] Id. Pág. 50.
[5] Id. Pág. 47.
[6] Piénsese en los autores neo-liberales como Friedrich Hayek y Milton Friedman para quienes la educación sólo debe ser considerada como una transmisión de valores básicos y las reglas de la sociedad actual, es decir, es una educación netamente doctrinaria. Para más información véase, F. Hayek, Fundamentos de la libertad, Tomo II, Ed. Folios, Madrid, 1997.
[7] “La educación debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando. Debe fundarse en la conciliación de sus polos, de tal manera que ambos se hagan , simultáneamente, educadores y educandos.” Paulo Freire, Pedagogía del oprimido. Op.cit. Pág. 79.
[8] Paulo Freire, Política y educación, XXI Editores, México D.F, 1997. pág. 108.
[9] Marcia Prieto Parra, Mejorando la calidad de la educación, hacia una resignificación de la escuela. Ed. Univ. De Valparaíso. Stgo. 2001. pág. 14-15.
[10] Paulo Freire, Pedagogía del oprimido. Op.cit. Pág. 55
[11] Id. 91.
[12] Paulo Freire, Cartas a quien pretende enseñar. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2002. Pág.28.
[13] El concepto de universo temático hace referencia a las ideas que se muestran en determinada época histórica. Así, frente a ciertas ideas algunos se muestran a favor y otros en contra.
[14] Paulo Freire, Pedagogía del oprimido. Op.cit. pág. 125.
[15] Paulo Freire, Política y educación. Op. Cit. Pág. 109-110.
[16] Id. Pág. 112.
La educacion de valores es una responsabilid personal.
La educacion es responsabilidad personal
Mejorar el caracter
Una buena conducta